Le rompieron sus sueños, devastada y olvidada, le dejaron a su suerte.
Y se encerró en su destrozado mundo cerrando sus puertas a quien quisiera encontrarle, quedándose con la compañía de sus recuerdos y la soledad.
PD. Momento de nostalgia, un escrito sin demasiado sentido.
Como cada día desde hacia casi tres años, la lánguida figura de Ana se deslizaba lentamente por el pequeño departamento; su rostro aun conservaba las facciones redondeadas de una niña... frágil, dependiente, ingenua...Pero sus ojos ostentaban cierto recelo, cada mirada no reflejaba mas que el dolor de haber perdido el alma y el odio hacia la vida por haberle arrebatado su mayor tesoro.
Con pereza sus pies se encaminaron hacia el baño, en donde al abrir la puerta se encontró con el rostro demacrado de una extraña, la pálida piel le daba un aspecto insano, los finos labios formados en una linea recta sin atisbo de felicidad, y un par de gotas saladas coronando su semblante, resbalaban por su mentón, precipitándose hasta el frió suelo donde colisionaron provocando un ruido sordo; Guiada por un impulso levanto la delgada mano y con la punta de las dedos trazó con delicadeza los contornos del rostro que se presentaba frente a ella, las lagrimas seguían fluyendo... como si aquel fuera un reflejo tan básico e indispensable como el respirar.
-¿Quien eres?- murmuró débilmente y bastó un segundo para que comprendiera todo... Era ella, un atisbo de cordura refulgió en sus orbes y una sonrisa carente de humor se dibujó en sus labios.
¡Aquella chica era ella!, era lo que había quedado desde aquella fatídica noche: un cuerpo vació, autómata... No había sentimientos y mucho menos sensaciones, aquello se reflejaba en su apariencia, los huesos de su clavícula sobresalían de su pecho, los pómulos extremadamente pronunciados le daban el aspecto de un cadáver andante y la mueca permanentemente destrozada, confirmaba que no había mas deseos de vivir en ella.
-¿Porque?- articularon sus labios a la vez que una expresión de dolor distorsionaba sus facciones; ya había perdido la cuenta de las veces en que se había formulado aquella pregunta, y aun dolía como si fuera la primera vez, como si el tiempo retrocediera y se estancara en ese 7 de Diciembre en que su vida se sumió en una total y oscura agonía.
Sin poder evitarlo su espalda resbaló por los fríos azulejos, su cuerpo era incapaz de soportar el tormento de revivir en su mente el día en que el había dejado de existir, el día en que Daniel rompió su promesa y jamas regresó.
-Lo prometiste- un sollozo ahogado salio desde lo mas profundo de su ser, rasgando su garganta y dejando un sabor amargo en sus labios; meses y meses habían pasado desde aquel suceso y su ausencia aun le laceraba el corazón sin piedad.
¿Como era posible que aun viviera?, estúpidamente culpaba a la inercia de ello, no era mas que un objeto mas dentro de aquellas paredes, no había calidez en su interior, no había NADA.
La muerte de su amado le había dejado un hueco en el cuerpo, el corazón cada vez le latía mas despacio, y su mente se negaba a trabajar a menos que fuera para evocar su imagen: su piel morena, sus ojos miel y esa sonrisa que era capaz de alumbrar sus días mas oscuros.
Añoraba el pasado, añoraba a la chica alegre y ocurrente que era cuando el estaba, con pena su rostro se volteo tratando de olvidar su reflejo, Ana había dejado de existir y ahora solo quedaba esa sombra.
Vivía de recuerdos, eran los momentos vividos junto a él, los que le daban el aplomo para abrir los ojos día con día y le impulsaban a arrastrarse... a sobrevivir; sus brazos se encontraban flácidos a cada lado de su cuerpo y sus ojos perdidos en algún punto contemplando algo invisible, parecía una muñeca vieja, rota, desmadejada, inservible y así era como se sentía.
Una diminuta sombra cruzó el umbral de la puerta, internándose en la impoluta habitación, dándole al ambiente un toque entre lo siniestro y lo infantil.
-Levántate.- ordenó la pequeña de cabellos tan negros como la tinta y orbes tan oscurecidas como noche sin luna.
-No puedo, no quiero- respondió Ana, volteando el rostro, fingiendo no ver como la pálida manita se ofrecía a ser su ancla a la realidad, a su dolorosa realidad.
-Tienes que hacerlo- discutió la niña con voz monocorde.
-No lo haré, no tengo las fuerzas, ni el deseo de hacerlo- rebatió la joven con la derrota impregnándole la voz.
-Como quieras, pero me quedaré contigo- alegó la castaña infante al tiempo que se arremangaba los holanes de su vestido y se dejaba caer al lado de Ana.
Una melodía infantil brotaba de los labios del pequeño ser a su lado y por un momento el llanto cesó, la diminuta mano de la niña pronto comenzó a acariciar su cabello y rostro, dejando un rastro sanguinolento con cada caricia...
"The day you slipped away... Was the day I found it won't be the same..."
Siempre es difícil dejar ir a cosas y personas que nos han hecho felices en algún momento, a veces... las circunstancias nos impiden seguir con proyectos que teníamos definidos desde mucho tiempo atrás... La vida es imprevisible, y muchos no contamos con ello...
Si, quería comenzar algo nuevo, tal y como dejé las cosas en el pasado, aunque de vez en cuando la nostalgia llega y arrebata mis suspiros y momentos de tranquilidad....
Aún recuerdo cosas, lamento otras y anhelo sus compañías pero ¿Qué sentido tiene? Ninguno, lamentando no llegaré a ninguna parte...
Aferrándome al pasado ¿Ver el presente? Para qué si en realidad nuestros sentidos solo persiben el pasado... Entonces ¿Para qué piden que no miremos el pasado? Irónico... Hasta las cosas que pasan "en el instante" ya vienen atrasadas escasos segundos...
Si, empiezo algo nuevo pero con bases en el pasado ¿Acaso no es eso lo que nos hace ser lo que somos ahora?
Abro este espacio mas que nada para divagar xD, hacer una que otra recomendación de libros, música, ARTE en general.
"A veces uno suele llegar a amar a los caprichos"...
